sábado, 20 de junio de 2015

El mundo no se desmoronó. Parte 3

Estoy agradecida con todas esas personas que me apoyaron en mi peor crisis y a mis padres que me hicieron más fuerte.

No me da pena decir que tuve que recurrir a un psicólogo para que me ayudara a resistir todo lo que me pasaba, porque no lo podía superar en ese momento, todavía seguía sumergida con ellos. Era como un mar en el cual solo estaban flotando ellos y yo, estaba sumergida, ahogándome, a punto de no querer saber nada de la vida. Poco a poco cuando comenzaron con insultos, risas y burlas la esencia de la persona que había aprendido a ser desaparecía.

Antes, antes de que aparecieran ellos en mi vida, aprendí a ser una persona "normal", sin duda alguna, las amistades que encontré me ayudaron a que no muriera en la caída cuando vi la realidad y aunque me costó adaptarme, por fin lo logré. En mi vida todo era risa y diversión, me gustaba muchísimo saber que había cambiado para bien y que la pequeña "diva" había quedado en la inmadurez de los XV, expresarme y hacer lo que quisiera era lo mejor que podía hacer, divertirme y sonreír era mi hobbie favorito, estudiar y sacar buenas calificaciones había pasado a segundo termino, pero no iba tan mal, experimenté cosas diferentes, conocí cosas diferentes, respiraba diferente, todo había cambiado para bien, cuando mejor iba conmigo misma. Comenzó mi pesadilla que duró 2 años. 

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