lunes, 22 de junio de 2015

El mundo no se desmoronó. Parte 6

Esta es la última parte de la historia y quiero recalcar lo agradecida que estoy con mis padres y hermana por ayudarme a superar este problema ya que sin su apoyo hubiera estado perdida y quizá no estuviera en este momento en donde estoy. 

La fuerza de estar sentada 6 horas y a veces más tiempo junto a ellos fue inmensa, fue poderosa, me sentía débil pero en realidad era fuerte, jamás pensé en admitir que me hicieron un favor, ya que sin ellos jamas hubiera aprendido a soportar lo que son las piedras en el camino. Debo de decir que cuando me dieron la oportunidad de denunciar lo que pasaba, no la tomé por la simple razón que tenía que aprender a enfrentar los problemas, la ayuda del psicólogo me hizo más abusada en cuestión de que tenía que pensar en otras cosas por ejemplo: Universidad. 

Por eso, es que aguardé al futuro, comencé a ver opciones de que era lo que quería para mi vida, que me gustaba, para que era buena, que me hacia sentir bien, el final del camino de lo que yo quería ser de grande, estaba a la vuelta de la esquina el terminar esa etapa, cuando yo asistía a mis terapias el doctor me decía que todas esas personas eran como piedras y que rodaban para taparme el camino y que no pasara, ellos querían estropear mi destino, pero no podía permitir que no solo me estorbaran sino que me dejaran sin identidad, sin autoestima, sin ánimos de vivir. Me ocupé de un objetivo... Mi futuro. 

Aguardé calladamente en un espacio reducido tratando de sobrellevar la vibra tan negativa que se sentía, todas esas personas mediocres que parecían tener el control sobre mí no podían superarme y fue así que no lo lograron, no lograron que yo acabara en el hueco de la mediocridad, porque todas sus burlas, sus risas, sus criticas, todo ese miedo que causaban cada vez que yo hablaba o pasaba al frente, no me derrumbó, caí pero me levante, porque seguía cayendo pero seguía levantándome, no podía dejar que me derrotaran. Pasaron mil y un cosas antes de que terminara por fin las clases, sí, sí seguí teniendo altas y bajas, un día me sentía una basura y al otro sentía que mi vida tenía una razón de ser, y sí, llegué a pensar en la muerte, porque sentía que nada valía la pena, también pensé en renunciar a la escuela, pensé en mil y un cosas, sufrí y lloré, pero también gocé, no puedo decir que todo era un mar de lagrimas porque estaría mintiendo había personas que lo único que hacían era tratar de dibujarme una sonrisa y lo mejor es que lo lograban, puedo decir que jamás se vieron afectadas mis calificaciones por esto, pero hay casos en los que si afecta el bullying. Pero todo esto tuvo un fin, porque todo lo que comenzó alguna vez con sus tan famosos insultos y temor que prolongaban por ser "poderosos" se acabó. Llegaba el final de su era en la que yo era la principal afectada. 

Finalmente tome una decisión que hoy en día puedo decir que no fue la acertada pero como dije al principio, estaba en la etapa en donde podía escoger entre dos colores pero que si al final no me gustaban los podía cambiar. Pero que en ese momento era la decisión con la que yo relucía muy exitosa y fui exitosa porque orgullosamente fui aceptada en la mejor universidad del Estado de Veracruz y podría decir que escogí la comodidad pero eso no importaba en ese momento, había hecho algo grande con meritos propios, yo había resaltado entre tantas personas, esa gratitud que sentía por ser escogida entre millones de aspirantes. Había demostrado que mis capacidades eran grandes y que no era ni mediocre, ni copia de nada, descubrí que tenía mucha capacidad de tener un futuro exitoso. Tenía mucha emoción de compartir mi éxito con todos que la verdad toda esa tristeza que dibujaban ellos en mí desapareció, ya no importaba nada, ni nadie, solo yo y mi futuro. 

Se acabó todo y me liberé, sentí como mi paz interior volvía a ser tenue, comencé a vivir una nueva vida, lejos de todas esas personas que querían hacerme mediocre, comencé a volar, comencé a experimentar cosas nuevas, nuevas locuras, un mar de personas, en una de las ciudades más hermosas de Veracruz, sin duda alguna, era mi lugar favorito, porque ahí nadie se fijaba en tu físico, tu forma de ser o de vestir, ahí eras completamente libre de mostrarte como eras. Pero como dije antes, hay errores que se pueden cometer un millón de veces pero es valido porque apenas estas aprendiendo a darte cuenta del valor de las cosas y de las personas. 

Hoy en día, sigo siendo América Méndez orgullosa estudiante de Ciencias de la Comunicación futura periodista o publicista, estudio en la Universidad de América Latina campus Teziutlan, mi carrera, mi familia y mi futuro es lo más importante que tengo, desde que superé mi etapa de la preparatoria me encontré con personas que eran piedras igual o más grandes que las del pasado, sigo enfrentando retos, he sobrevivido a luchas que jamás pensé enfrentar, he cometido peores errores, pero también he acertado muy bien. He aprendido lecciones grandes, he perdido amistades, he recuperado amistades, he ganado amistades, he desecho y hecho, pero siempre aguardando al futuro, porque sé que el pasado no regresa, que el presente solo pasa, pero que el futuro es lo que importa. 
No soy la persona más feliz del mundo, pero si soy una persona con más seguridad, con ganas de luchar en contra de todo, ya nada me da miedo, ni nadie me da pavor. Tengo heridas profundas pero con gran valor porque solo son heridas, ya que no me mataron, solo me hicieron más fuerte.

Si tienes una historia, compartela, hay un lugar para ti. 

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